Problemas a los que se enfrenta el colectivo transexual

A pesar del dramático progreso del movimiento transgénero en la última década, que resultó en una mayor conciencia pública y importantes victorias legales, las personas trans continúan enfrentándose a una discriminación flagrante, altos niveles de violencia y malos resultados de salud. Las personas trans de color a menudo enfrentan resultados económicos y de salud notablemente peores mientras navegan por múltiples sistemas de opresión. Hemos destacado algunas cuestiones clave a continuación:

  • Salud: Las personas transgénero enfrentan enormes disparidades de salud, incluidas tasas asombrosas de infección por VIH, falta de atención primaria (incluida atención médica individualizada y médicamente necesaria relacionada con la transición) y altas tasas de intentos de suicidio.
  • Economía: Las personas transgénero soportan las consecuencias económicas de la discriminación, incluidas altas tasas de pobreza y desempleo, discriminación en la educación y falta de vivienda. Las personas trans tienen más del doble de probabilidades de vivir en pobreza extrema (ganando menos de 10,000 euros al año), mientras que las personas transgénero latinas enfrentan tres veces y media, y las personas transgénero negras enfrentan tres veces la tasa de pobreza de la población de los Estados Unidos en general, por ejemplo.
  • Seguridad: Las personas transgénero, y especialmente las mujeres transgénero negras, experimentan niveles alarmantes de violencia física. Esto es particularmente cierto entre las personas transgénero que participan en el trabajo sexual y otras economías informales o criminalizadas. Los asesinatos brutales de mujeres transgénero ocurren con una regularidad tan alarmante, a menudo con poca respuesta por parte de las autoridades.
  • Derechos civiles: El reconocimiento y respeto de los derechos civiles de las personas trans es de vital importancia porque sus necesidades legales abarcan muchos aspectos de la vida. Estas necesidades incluyen documentos de identidad que reflejen con precisión quiénes son, protecciones contra la discriminación laboral y derechos de inmigración, por nombrar sólo algunas.

Los financiadores y proactivistas del colectivo transexual tienen varias oportunidades para mejorar la experiencia vivida por las comunidades trans:

  1. Apoyar una ecología diversa de organizaciones lideradas por personas transgénero y centradas en las personas transgénero.
  2. Desarrollar la capacidad de los grupos transgénero de base que trabajan a nivel local.
  3. Brindar apoyo para aumentar la competencia cultural transgénero de los principales sistemas y proveedores de servicios.
  4. Fomentar la participación transgénero en la filantropía en todos los niveles.
  5. Apoyar los esfuerzos para mejorar la recopilación de datos sobre identidad de género.

Nunca nos olvidamos del colectivo transexual

Las personas con disforia de género, transgéneros o transexuales, según se las quiera llamar o según en qué proceso de transición se encuentren, están muy presentes en el pensamiento de los creadores de este blog. Fueron los primeros en unirse al colectivo de lesbianas y gays, trayendo la tercera letra a la que después le seguirían algunas más, con gran alegría de sus creadores. Sin embargo, los diferencia de los demás colectivos en que lo suyo no va de opción sexual, realmente; lo suyo, aunque suene en plan peliculero, es una «cuestión de género«.

Aunque la comunidad transexual ha estado este año de rabiosa actualidad gracias a la Ley Trans, llevaba unos años en relativa calma y sin que la sociedad se acordara mucho de ella. Porque, en realidad, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a personas shemales? Hay muchos que confunden esta condición con el travestismo, y la verdad es que no tiene nada que ver. Ser travesti es simplemente sentirse bien al vestir y caracterizarse como el sexo contrario, ya sea con carácter sexual o no; se la llama también transformismo. Y estas personas, generalmente hombres pero también algunas mujeres, no tienen por qué ser homosexuales solo por vestirse de manera diferente a como le correspondería por su género. Al fin y al cabo, el look es una imposición social, no una condición por la cual pueda definirse nuestro género y mucho menos nuestra sexualidad. Esperemos que entendamos esto pronto como sociedad, y nos dejemos de tantos prejuicios e impresiones falsas.

Luego, muchos de nosotros nos hemos dejado influenciar por el porno gratis. Y en internet, si vemos webs porno, la definición de un xxx trans es simple: una tía con polla. Cuando vemos a un tío con pene y aspecto femenino, la gran mayoría de las veces con rasgos de mujer y enormes tetas operadas, no pensamos en el proceso que le ha llevado hasta allí. Y no nos damos cuenta de que aún no estamos ante transexuales en estado puro, si no atenemos a la idea de que hasta que no hayan hecho la transición de género completa no les corresponde ese nombre. Pero como el porno es porno, y lo único que busca es la excitación rápida con aquellos temas que nos resultan más morbosos, pues póngase cachondo y pare usted de contar.

Yo espero que ser consumidor de porno transexual no nos haga pensar que somos unos expertos en disforia de género. Porque estas personas ya habían hecho un cambio radical en sus mentes y en sus corazones, incluso antes de cambiar ni la más mínima cosa en sus cuerpos. Ellas ya eran mujeres antes de iniciar un tratamiento hormonal, o cambiarse el nombre en el registro civil. Y ojo, no nos olvidemos de la transición contraria: porque también las mujeres pueden experimentar esta disforia, y por mucho que eso en el porno no venda, también debería incluirse en la categoría de shemales. Claro que, como la pornografía tiene cierto tufillo sexista, siempre es mucho mejor que sea una fémina la que se venda al público.

El futuro del colectivo transexual a corto plazo tiene tintes de ser bastante bueno. Las bases se han puesto con la última controvertida ley, pero son pequeños pasos que hay que dar para llegar por fin a la igualdad plena. No diré que no vayan a presentarse dificultades, pero en conjunto, toda la comunidad LGTBI está en mejor condición que apenas un año, y eso es para alegrarse y no perder los ánimos.

 

 

Cómo andar por el mundo si eres homosexual

La sociedad más transgresora en sí no deja de animar a la comunidad LGTB a eso que ellos llaman tan alegremente «salir del armario«. Y bien, partamos de la base de que no hay nada que ocultar, no hacen nada malo, ni nada vergonzoso, ni por supuesto nada delictivo, así que… lo normal es animar a este colectivo a plantarse y gritar a los cuatro vientos sus preferencias sexuales, tan válidas como cualquier otra. Pero la pregunta del millón es: «Ya he declarado mi homosexualidad, ¿y ahora qué?».

Pues según he escuchado precisamente de gays y lesbianas muy cercanos a mí, es que es mejor que te cojan confesados o, a falta de eso y que sea mucho más práctico, más te vale hacerte socio de un club, asociación, federación… En fin, que es bueno que el homosexual no ande solo. En las ciudades más o menos modernas y avanzadas, la sociedad suele ir acompañando a esta valentía, y hay opciones diversas y muy buenas… pero en los pueblos es otro cantar. En teoría, poder declarar tu opción sexual debería ser un derecho y hacerte sentir bien y libre, pero cuando nos vemos en este tipo de comunidades cerradas y poco dadas abrir sus mentes, ser marica o boyera, travelo o bisexual es bastante complicado, la verdad.

Debemos sacarnos la idea de que las vidas de las personas LGBT son tan maravillosas como podemos ver en los videos porno gay, donde viven su sexualidad a todo tren, e incluso puede ser que practiquen el sexo gay casi por casualidad. En la vida real, las personas homo no tienen esa suerte, pues aún hay mucha intransigencia social; así que no les queda más remedio que hacer piña y moverse en ambientes seguros. Nada de esos encuentros casuales que a las parejas hetero del porno les da tantas alegrías, donde todo queda en un polvo y ya está; a la hora de la verdad, ser homosexual y querer tener pareja puede ser bastante problemático ya desde el principio, cuando lo mejor es estar seguro de que vas a ser correspondido, al menos en tus deseos de que sea del mismo género. Luego, claro está, ya entran en juego otros factores, como la atracción, la conexión de caracteres, la unión de objetivos… en fin, todo lo que conlleva tener una relación sentimental o sexual en pareja.

De todas formas, y ante los problemas que aún tienen las personas pertenecientes a los LGTB, nunca está de más tener información directamente de un organismo oficial, ¿verdad? Se me ocurre por ejemplo la comunidad LGTB en Andalucía, una asociación que busca dar servicios de asistencia en distintos campos, y también crear un portal web para que todos aquellos que lo deseen, homosexuales o no, puedan consultarlo y dar a conocer sus propias experiencias. Pero seguro que no es el único, existen en España muchos otros, y el conocerlos más o menos y estar en contacto con alguno de ellos no está nada mal.

Este año 2020 han quedado anuladas muchas citas importantes que muchos gays, lesbianas, transexuales y bisexuales esperan con ansias durante todo el año. Todas estas fiestas veraniegas que comienzan con el Orgullo Gay y que por lo general se extienden durante todo el verano han quedado en pausa por la pandemia del COVID-19… pero eso no quita que se puedan esperar para el año que viene. Es ese también un buen momento para estrechar lazos y hacer amistadas, y por supuesto estar rodeados de una multitud a la que la homofobia no parece tocar de pleno… sobre todo, porque están juntos unidos en un mismo lugar.

El presente y el futuro de la comunidad LGTB

La lucha del colectivo homosexual, junto a los transexuales y los bisexuales más recientemente, no ha sido corta ni fácil, como has podido ver en nuestros anteriores posts. En poco menos de un siglo, han sido muchos los ejemplos de movimientos, protestas y defensa de los derechos LGTB conocidos y visibles; pero la triste realidad es que seguramente ha habido muchas personas anónimas, muchos héroes desconocidos que seguro han aportado su granito de arena a esta lucha y que no han tenido muy buen final, incluso un final trágico podríamos decir. Y todavía queda mucho por hacer.

Sin embargo, no está mal reconocer todo lo que se ha conseguido hasta ahora, y centrarnos en nuestro presente y ver qué opciones hay para construir un futuro (sin olvidarnos del pasado, por supuesto). A estas alturas del partido, todos los grupos que colectivo LGBT pueden decir que, como mínimo, han conseguido hacerse visibles, y tener una serie de derechos fundamentales que los alejan de ser bichos raros, y los convierte en ciudadanos de pleno derecho en todos los sentidos. Sí, porque, aunque nos parezca que esto es de cajón, no hace tanto que disfrutan de este, para ellos, privilegio.

Dentro del colectivo se señala mucho la implicación de los gays en la lucha contra la homofobia, pero no sólo los hombres han tenido algo que decir en esta historia. Las mujeres lesbianas, por ejemplo, no lo han tenido nada fácil tampoco, empezando porque, cuando ser gay era sinónimo de discriminación, burla e incluso humillación o delito, a ellas ni siquiera se les reconocía una condición homosexual. Hoy en día nos cuesta entender algo así, pues para nosotros las lesbis xxx son algo común y corriente gracias al porno online, y pensamos que las mujeres tortilleras son justamente como en esos videos x: guapas, calientes, y objetos del deseo de hombre y mujeres por igual, totalmente despreocupados de si en realidad son homosexuales o no. Por desgracia, en el mundo real no fue así, y aunque los gays llevaron gran parte de la carga por la defensa de sus derechos, se puede decir que las lesbianas llegaron tarde y no porque no quisieran unirse a esa lucha, sino porque no las dejaron llegar al partido hasta los minutos de descuento (si entiendes el paralelismo futbolístico, jeje).

Los otras dos comunidades dentro del colectivo LGTB, los/as transexuales y los/as bisexuales, han tenido historias paralelas aunque no demasiado similares, la verdad. La transexualidad ha quedado muchas veces eclipsada y confundida por y con el transformismo, y ya fueran hombres o mujeres también se trataban de manera diferente: en hombres, era signo de homosexualidad, ni siquiera se tomaba en cuenta la dicotomía que sentían entre el género sexual con el que habían nacido y con el que se sentían representados; en mujeres, nadie concebía que una mujer usara prendas y objetos de hombres, ni se comportara como ellos, hasta hace muy poco tiempo, e incluso ahora no es algo tan común como en el género masculino, con lo que se sigue viendo alto extraño. Pero el que muchas legislaciones hayan aceptado el cambio de género no sólo a nivel físico, sino también a nivel oficial, pudiendo cambiarse el nombre con el que sus padres lo inscribieron en el registro civil, ha sido un gran paso para ellos.

Los bisexuales, tanto ellos como ellas, no son muy comprendidos por la sociedad en general, aunque se sabe que es algo mucho más frecuente de lo que nos creemos; mucho más, si cabe, que la homosexualidad. Pero por lo general no se les tiene por una comunidad que tenga que ser defendida, que sufra homofobia ni a la que se le nieguen sus derechos fundamentales: más de uno los ve como gente viciosa, más como una práctica sexual dentro de su propia sexualidad. Pero el tiempo está demostrando que realmente es mucho más que eso, es una opción sexual verdadera y así la sienten millones de personas.

Personalides icónicas del mundo LGTB

Los cambios llegan a todos los ámbitos sociales discriminatorios que puedan pensarse, pero porque siempre hay personas que se rebelan contra las normas impuesta, que no por ser lo más común es lo más justo. Aquí están algunas de esas personas que levantaron su voz para que la lucha del colectivo LGTB comenzara su lucha:

  • Marsha P. Johnson: Marsha P Johnson allanó el camino para todas las drag queens, y en cierto modo para el colectivo transexual, que vino detrás de ella. Marsha fue una figura central en los disturbios de Stonewall de 1969, donde los miembros de la comunidad LGBT se levantaron en protesta contra las redadas policiales en el bar del mismo nombre en Christopher Street, Nueva York. Los disturbios se prolongaron durante dos noches y fueron el comienzo del Frente de Liberación Gay, el grupo de protesta que organizó las primeras marchas del Orgullo.
  • Sir Ian McKellen: Años antes de su fama de X-Men y El señor de los anillos, Ian McKellen era conocido como un defensor de los derechos de los homosexuales. Cofundó la organización benéfica Stonewall en 1989 (llamada así por los disturbios de Nueva York) en oposición directa a la Sección 28, que la organización describió como «homofobia legalizada».
  • Martina Navratilova: Con un récord de nueve títulos de singles de Wimbledon a su nombre, la tenista abiertamente gay Martina Navratilova hizo mucho por la visibilidad LGBT simplemente por estar en la cima del tenis de élite y declarar su homosexualidad.
  • Harvey Milk: En 1977, fue el primer hombre abiertamente gay elegido para un cargo público en el estado estadounidense de California, uniéndose a la Junta de Supervisores de San Francisco. Su orgullo de estar simplemente en una plataforma cívica importante fue un punto de inflexión para la comunidad LGBT. La vida de Harvey Milk se truncó solo un año después cuando fue asesinado por Dan White, uno de sus colegas del ayuntamiento.
  • Barbara Gittings: Puede que no te sea un nombre familiar, pero Barbara Gittings ha sido descrita como la «madre del movimiento de derechos civiles LGBT». Decidida a crear un espacio en la década de 1950 en América para las mujeres homosexuales, formó las Hijas de Bilitis en 1958, la primera organización del país para lesbianas.
  • Derek Jarman: En la década de 1970, las representaciones de la comunidad LGBT en la pantalla rara vez simpatizaban; el director de cine inglés Derek Jarman cambió todo eso. Su película de 1976 Sebastiane fue innovadora en la forma en que retrataba las relaciones homosexuales positivas. 

¿Cómo empezaron los movimientos LGBT?

Los movimientos sociales, organizados en torno a la aceptación y los derechos de las personas que hoy podrían identificarse como LGBT, comenzaron como respuestas a siglos de persecución por parte de las autoridades eclesiásticas, estatales y médicas. Cuando la actividad homosexual o la desviación de los roles / vestimenta de género establecidos estaban prohibidos por ley o costumbre tradicional, dicha condena podría comunicarse a través de juicios públicos sensacionales, exilio, advertencias médicas y lenguaje desde el púlpito. Estos caminos de persecución arraigaron la homofobia durante siglos, pero también alertaron a poblaciones enteras de la existencia de diferencias. Ya sea que un individuo reconociera que ellos también compartían esta identidad y estaban en riesgo, o se atrevieran a hablar en favor de la tolerancia y el cambio, había pocas organizaciones o recursos antes de las revoluciones científicas y políticas de los siglos XVIII y XIX.

Gradualmente, el crecimiento de los medios públicos y los ideales de los derechos humanos reunieron a activistas de todos los ámbitos de la vida, quienes se animaron con estudios médicos comprensivos, literatura prohibida, investigación sexual emergente y un clima de mayor democracia. Para el siglo XX, un movimiento en reconocimiento de gays y lesbianas estaba en marcha, alentado por el clima social del feminismo y las nuevas antropologías de la diferencia.

Sin embargo, a lo largo de 150 años de movimientos sociales homosexuales (aproximadamente desde la década de 1870 hasta la actualidad), los líderes y organizadores lucharon por abordar las muy diferentes preocupaciones y problemas de identidad de los hombres homosexuales, las mujeres que se identifican como lesbianas y otras que se identifican como variantes de género o no binarias.

La mayoría de los historiadores están de acuerdo en que hay evidencia de actividad homosexual y amor entre personas del mismo sexo, ya sea que tales relaciones fueron aceptadas o perseguidas, en cada cultura documentada. Sabemos que la homosexualidad existió en el antiguo Israel simplemente porque está prohibida en la Biblia, mientras que floreció entre hombres y mujeres en la antigua Grecia.

En la era de la exploración europea y la construcción de imperios, las culturas de los nativos americanos, del norte de África y de las islas del Pacífico que aceptaban a las personas con «dos espíritus» o el amor entre personas del mismo sexo sorprendieron a los invasores europeos que se opusieron a cualquier desviación de una comprensión limitada de lo «masculino» y de los roles «femeninos». Las potencias europeas aplicaron sus propios códigos penales contra lo que se llamó sodomía en el Nuevo Mundo: el primer caso conocido de actividad homosexual que recibió una sentencia de muerte en América del Norte ocurrió en 1566, cuando los españoles ejecutaron a un francés en Florida. En el contexto emergente del poder nacional y la fe cristiana, lo que podría haberse aprendido sobre el amor entre personas del mismo sexo o la identidad de género quedó enterrado en el escándalo. 

A pesar de los riesgos de desafiar los códigos legales severos, la trama cruzada floreció a principios de la Europa moderna y América. Las mujeres y las chicas jóvenes económicamente oprimidas por el sexismo que les impidió el trabajo y las oportunidades económicas/educativas designadas solo para hombres, podrían pasar por hombres para obtener acceso a experiencias o ingresos codiciados. Tanto hombres como mujeres que vivieron como un género diferente a menudo solo se descubrieron después de su muerte, ya que las diferencias extremas en la vestimenta y el aseo masculino contra femenino en gran parte de la cultura occidental hicieron que «pasar» fuera sorprendentemente fácil en ciertos entornos.

La era de los estudios de sexología es donde vemos por primera vez que un grupo pequeño y privilegiado de autoridades médicas comienza a promover una tolerancia limitada de los nacidos «invertidos». En la historia occidental, encontramos poco estudio formal de lo que luego se llamó homosexualidad antes del siglo XIX, más allá de los textos médicos que identifican a las mujeres con grandes clítoris como «tribus» y códigos de castigo severo para los actos homosexuales masculinos.  Los primeros esfuerzos para comprender el rango del comportamiento sexual humano vinieron de médicos y científicos europeos, incluidos Carl von Westphal (1869), Richard von Krafft-Ebing (1882) y Havelock Ellis (1897); sus escritos simpatizaban con el concepto de una orientación homosexual o bisexual que ocurre naturalmente en un segmento identificable de la humanidad, pero los escritos de Krafft-Ebing y Ellis también etiquetaron un «tercer sexo» degenerado y anormal.