Cómo andar por el mundo si eres homosexual

La sociedad más transgresora en sí no deja de animar a la comunidad LGTB a eso que ellos llaman tan alegremente «salir del armario«. Y bien, partamos de la base de que no hay nada que ocultar, no hacen nada malo, ni nada vergonzoso, ni por supuesto nada delictivo, así que… lo normal es animar a este colectivo a plantarse y gritar a los cuatro vientos sus preferencias sexuales, tan válidas como cualquier otra. Pero la pregunta del millón es: «Ya he declarado mi homosexualidad, ¿y ahora qué?».

Pues según he escuchado precisamente de gays y lesbianas muy cercanos a mí, es que es mejor que te cojan confesados o, a falta de eso y que sea mucho más práctico, más te vale hacerte socio de un club, asociación, federación… En fin, que es bueno que el homosexual no ande solo. En las ciudades más o menos modernas y avanzadas, la sociedad suele ir acompañando a esta valentía, y hay opciones diversas y muy buenas… pero en los pueblos es otro cantar. En teoría, poder declarar tu opción sexual debería ser un derecho y hacerte sentir bien y libre, pero cuando nos vemos en este tipo de comunidades cerradas y poco dadas abrir sus mentes, ser marica o boyera, travelo o bisexual es bastante complicado, la verdad.

Debemos sacarnos la idea de que las vidas de las personas LGBT son tan maravillosas como podemos ver en los videos porno gay, donde viven su sexualidad a todo tren, e incluso puede ser que practiquen el sexo gay casi por casualidad. En la vida real, las personas homo no tienen esa suerte, pues aún hay mucha intransigencia social; así que no les queda más remedio que hacer piña y moverse en ambientes seguros. Nada de esos encuentros casuales que a las parejas hetero del porno les da tantas alegrías, donde todo queda en un polvo y ya está; a la hora de la verdad, ser homosexual y querer tener pareja puede ser bastante problemático ya desde el principio, cuando lo mejor es estar seguro de que vas a ser correspondido, al menos en tus deseos de que sea del mismo género. Luego, claro está, ya entran en juego otros factores, como la atracción, la conexión de caracteres, la unión de objetivos… en fin, todo lo que conlleva tener una relación sentimental o sexual en pareja.

De todas formas, y ante los problemas que aún tienen las personas pertenecientes a los LGTB, nunca está de más tener información directamente de un organismo oficial, ¿verdad? Se me ocurre por ejemplo la comunidad LGTB en Andalucía, una asociación que busca dar servicios de asistencia en distintos campos, y también crear un portal web para que todos aquellos que lo deseen, homosexuales o no, puedan consultarlo y dar a conocer sus propias experiencias. Pero seguro que no es el único, existen en España muchos otros, y el conocerlos más o menos y estar en contacto con alguno de ellos no está nada mal.

Este año 2020 han quedado anuladas muchas citas importantes que muchos gays, lesbianas, transexuales y bisexuales esperan con ansias durante todo el año. Todas estas fiestas veraniegas que comienzan con el Orgullo Gay y que por lo general se extienden durante todo el verano han quedado en pausa por la pandemia del COVID-19… pero eso no quita que se puedan esperar para el año que viene. Es ese también un buen momento para estrechar lazos y hacer amistadas, y por supuesto estar rodeados de una multitud a la que la homofobia no parece tocar de pleno… sobre todo, porque están juntos unidos en un mismo lugar.

El presente y el futuro de la comunidad LGTB

La lucha del colectivo homosexual, junto a los transexuales y los bisexuales más recientemente, no ha sido corta ni fácil, como has podido ver en nuestros anteriores posts. En poco menos de un siglo, han sido muchos los ejemplos de movimientos, protestas y defensa de los derechos LGTB conocidos y visibles; pero la triste realidad es que seguramente ha habido muchas personas anónimas, muchos héroes desconocidos que seguro han aportado su granito de arena a esta lucha y que no han tenido muy buen final, incluso un final trágico podríamos decir. Y todavía queda mucho por hacer.

Sin embargo, no está mal reconocer todo lo que se ha conseguido hasta ahora, y centrarnos en nuestro presente y ver qué opciones hay para construir un futuro (sin olvidarnos del pasado, por supuesto). A estas alturas del partido, todos los grupos que colectivo LGBT pueden decir que, como mínimo, han conseguido hacerse visibles, y tener una serie de derechos fundamentales que los alejan de ser bichos raros, y los convierte en ciudadanos de pleno derecho en todos los sentidos. Sí, porque, aunque nos parezca que esto es de cajón, no hace tanto que disfrutan de este, para ellos, privilegio.

Dentro del colectivo se señala mucho la implicación de los gays en la lucha contra la homofobia, pero no sólo los hombres han tenido algo que decir en esta historia. Las mujeres lesbianas, por ejemplo, no lo han tenido nada fácil tampoco, empezando porque, cuando ser gay era sinónimo de discriminación, burla e incluso humillación o delito, a ellas ni siquiera se les reconocía una condición homosexual. Hoy en día nos cuesta entender algo así, pues para nosotros las lesbis xxx son algo común y corriente gracias al porno online, y pensamos que las mujeres tortilleras son justamente como en esos videos x: guapas, calientes, y objetos del deseo de hombre y mujeres por igual, totalmente despreocupados de si en realidad son homosexuales o no. Por desgracia, en el mundo real no fue así, y aunque los gays llevaron gran parte de la carga por la defensa de sus derechos, se puede decir que las lesbianas llegaron tarde y no porque no quisieran unirse a esa lucha, sino porque no las dejaron llegar al partido hasta los minutos de descuento (si entiendes el paralelismo futbolístico, jeje).

Los otras dos comunidades dentro del colectivo LGTB, los/as transexuales y los/as bisexuales, han tenido historias paralelas aunque no demasiado similares, la verdad. La transexualidad ha quedado muchas veces eclipsada y confundida por y con el transformismo, y ya fueran hombres o mujeres también se trataban de manera diferente: en hombres, era signo de homosexualidad, ni siquiera se tomaba en cuenta la dicotomía que sentían entre el género sexual con el que habían nacido y con el que se sentían representados; en mujeres, nadie concebía que una mujer usara prendas y objetos de hombres, ni se comportara como ellos, hasta hace muy poco tiempo, e incluso ahora no es algo tan común como en el género masculino, con lo que se sigue viendo alto extraño. Pero el que muchas legislaciones hayan aceptado el cambio de género no sólo a nivel físico, sino también a nivel oficial, pudiendo cambiarse el nombre con el que sus padres lo inscribieron en el registro civil, ha sido un gran paso para ellos.

Los bisexuales, tanto ellos como ellas, no son muy comprendidos por la sociedad en general, aunque se sabe que es algo mucho más frecuente de lo que nos creemos; mucho más, si cabe, que la homosexualidad. Pero por lo general no se les tiene por una comunidad que tenga que ser defendida, que sufra homofobia ni a la que se le nieguen sus derechos fundamentales: más de uno los ve como gente viciosa, más como una práctica sexual dentro de su propia sexualidad. Pero el tiempo está demostrando que realmente es mucho más que eso, es una opción sexual verdadera y así la sienten millones de personas.

Personalides icónicas del mundo LGTB

Los cambios llegan a todos los ámbitos sociales discriminatorios que puedan pensarse, pero porque siempre hay personas que se rebelan contra las normas impuesta, que no por ser lo más común es lo más justo. Aquí están algunas de esas personas que levantaron su voz para que la lucha del colectivo LGTB comenzara su lucha:

  • Marsha P. Johnson: Marsha P Johnson allanó el camino para todas las drag queens, y en cierto modo para el colectivo transexual, que vino detrás de ella. Marsha fue una figura central en los disturbios de Stonewall de 1969, donde los miembros de la comunidad LGBT se levantaron en protesta contra las redadas policiales en el bar del mismo nombre en Christopher Street, Nueva York. Los disturbios se prolongaron durante dos noches y fueron el comienzo del Frente de Liberación Gay, el grupo de protesta que organizó las primeras marchas del Orgullo.
  • Sir Ian McKellen: Años antes de su fama de X-Men y El señor de los anillos, Ian McKellen era conocido como un defensor de los derechos de los homosexuales. Cofundó la organización benéfica Stonewall en 1989 (llamada así por los disturbios de Nueva York) en oposición directa a la Sección 28, que la organización describió como «homofobia legalizada».
  • Martina Navratilova: Con un récord de nueve títulos de singles de Wimbledon a su nombre, la tenista abiertamente gay Martina Navratilova hizo mucho por la visibilidad LGBT simplemente por estar en la cima del tenis de élite y declarar su homosexualidad.
  • Harvey Milk: En 1977, fue el primer hombre abiertamente gay elegido para un cargo público en el estado estadounidense de California, uniéndose a la Junta de Supervisores de San Francisco. Su orgullo de estar simplemente en una plataforma cívica importante fue un punto de inflexión para la comunidad LGBT. La vida de Harvey Milk se truncó solo un año después cuando fue asesinado por Dan White, uno de sus colegas del ayuntamiento.
  • Barbara Gittings: Puede que no te sea un nombre familiar, pero Barbara Gittings ha sido descrita como la «madre del movimiento de derechos civiles LGBT». Decidida a crear un espacio en la década de 1950 en América para las mujeres homosexuales, formó las Hijas de Bilitis en 1958, la primera organización del país para lesbianas.
  • Derek Jarman: En la década de 1970, las representaciones de la comunidad LGBT en la pantalla rara vez simpatizaban; el director de cine inglés Derek Jarman cambió todo eso. Su película de 1976 Sebastiane fue innovadora en la forma en que retrataba las relaciones homosexuales positivas.